Al finalizar el III Congreso Internacional de Ética, Ciencia y Educación, a nombre de la Corporación Eudaimonía y del mío propio, solo nos queda agradecer a la Universidad de Santander, entidad anfitriona, al Instituto Nacional de Investigación Social – INIS, a las instituciones organizadoras, a los participantes, a todas aquellas personas que formaron parte del Anuario Colombiano de Ética, comenzando por la doctora Hilda Romero Zepeda, editora invitada de la Universidad Autónoma de Querétaro, México, a los directores generales: Marlone Nicolás Reyes Londoño de la Universidad Pedagógica Nacional y Juliana Ruíz Gómez de la Pontificia Universidad Javeriana, a los Comités académicos Científicos Nacional e Internacional y a los evaluadores.
El Congreso se caracterizó por ser un diálogo cordial interinstitucional e interdisciplinario, abierto a la sociedad del conocimiento, donde lo experiencial y lo teórico celebraron un punto de encuentro propicio para la reflexión, la pluralidad, el tejido social, las relaciones democráticas, la formulación de preguntas y la calidez humana.
Quienes tuvimos el privilegio de estar allí presentes o incluso relacionados de una manera virtual, ahora tendremos la responsabilidad de divulgar nuestros aprendizajes, mantener vivas las redes de comunicación, el cultivo de la amistad, la antorcha del entusiasmo, la poesía (actividad creadora) para encontrar los puntos de unión y firme la buena voluntad de sostener en el tiempo los contactos.
Esperamos el año entrante de nuevo encontrarnos porque el diálogo no ha concluido, solo fue un instante de humanidad que abrió una puerta a las palabras tejedoras y a los sueños de aspirar a un mundo que sea el hogar de todos, donde los espacios públicos y privados estén iluminados por el espíritu virtuoso, el bien, la verdad y la belleza.
En el “Hasta luego” les dejo uno de los lemas de mi alma mater. ¡INDIVISA MANENT! Que traduce: ¡Lo que está unido, permanece!
Presidente de la Corporación Eudaimonía
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