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  • Foto del escritorRaúl Guzmán González

EL RETORNO DE "LAS HUELLAS DE LA ESPERANZA"



Volver sobre "Las huellas de la esperanza", poemario que publiqué por primera vez en 1984, es una forma de encontrarme con el joven que fui a los veintiséis años y de preguntarle a través de sus textos por los sueños que él alimentaba en ese entonces.



Apenas algunos se conservan originales, la mayoría responde a una producción nueva o fueron reescritos, pero, conservar el título es una forma de otorgarle relieve autobiográfico a mi iniciación en el ejercicio de la poesía, actividad que fue paralela a los estudios de filosofía que realicé.


Así sin rodeos, busco la raíz de mi tradición de vida y su cadencia; la ofrezco para quienes deseen pasar su corazón por ella y los invito a escribir memorias individuales y diarios íntimos, pues son maneras de reencontrarse consigo mismo identificando en el tiempo los pasos andados, aquellos otros que nunca se dieron y fueron sólo intentos de la imaginación ardiente, ya olvidados en el cementerio de los recuerdos.


"Las huellas de la esperanza", estará presente en la Filbo 2024, bajo el sello editorial 89079.


Comparto algunos poemas seleccionados de la obra:


SACRAMENTO Y HERMINIA


Sacramento de tierra caliente y arena de río

unido a Herminia, no la conocí,

padre y madre de diez hijos.

Fue mi abuelo consagrado al Magdalena,

delgado, cabello blanco y sonriente.

Guzmán bondadoso que en Girardot

nos guiaba a los nietos pequeños en un coche rojo.

Vivía en casa habitada por árbol de mamoncillo

y patio casi siempre lleno de hojas secas,

él quedó en mi memoria como otoño inmóvil

que lucía una enredadera por techo.

Allí el calor convocaba a los helados

y a las fiestas de diciembre.

A veces desde la infancia perenne

busco a Sacramento y le pregunto

por la tradición de mi sangre.

Quiero oír de nuevo a la raíz más secreta.


RECREO DE ILUSIONES


Dulce mañana

de interminable diálogo

con tus muñecas.

Ellas me enseñan

la canción que amas,

el color de tu vestido preferido

y me cuentan la hora

en que regresas de los sueños.

Gloria tu amiguita de trapo

Colabora al simpático

desorden de tu cuarto.

Aquí mi tiempo se detiene a olvidar

Que todos rodamos

Como una bolita de cristal.


MI PAISAJE OLVIDADO


El no regreso, los pasos y el siempre

alejan los sueños

sin viaje por la piel.

Con olor a pájaros y frutas

duermen en un carrusel

del perdido parque

la infancia y su invención de nubes.

Fueron pasos como el viento

o noches de alado corazón,

allí me veo sonreír.

Lunas que imaginé en mis juegos

se pierden al olvidar la noche

sus cuentos de hadas y duendes.

Todo fue promesa que despertó mi mundo

y envejeció al osito amigo en su rincón.

Figuras lejanas

que el viento convirtió en silencio.

Cuando la lluvia humedece mi traje

y las luces son la tarde que muere

invoco al niño que fui.

En la memoria un movimiento de sombras,

las gotas caen incesantes con su olor a calle.

Fragmentos en el tiempo,

Extensas soledades de arena.

Bajo oscuro cielo,

los recuerdos sufren las variaciones del corazón.

Sucesos y nombres tan míos,

Los perdí en la esquina.


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